Plan estratégico y prevención, se convirtieron en palabras de supervivencia en tiempos de pandemia debido al Covid-19.

Sin embargo, cualquier mejora en los indicadores significa que se minimizan las acciones preventivas, es decir, el uso de máscara, distanciamiento social, fortalecimiento del sistema inmunológico, entre otras acciones recomendadas.

Este mismo modelo de comportamiento se puede identificar en otros casos. Al igual que en las inundaciones, donde las medidas preventivas reducirían los impactos, otro ejemplo sería la sequía recurrente en las regiones consumidas por los incendios. Dado que un incendio no se inicia espontáneamente en proporciones incontroladas, cuando se trata de vegetación en áreas abiertas, como bosques plantados o nativos, bosques, campos y pastos.

Según este informe de la revista de referencia Florestal, “Independientemente de la época del año, las acciones contra incendios demandan una atención constante. Incluso porque, los datos muestran que los meses considerados más críticos están aumentando. Según el ingeniero forestal y gerente operativo de Equilíbrio Proteção Florestal, Nelson Sanches Bezerra Júnior, el período de menor ocurrencia es precisamente el mejor período para planificar y mantener el sistema de prevención y extinción de incendios ”.

Revista Referência Florestal_EEPA_n-198